A Jacinto Cardoso se lo llevaron, esposado, un martes por la noche. Se resistió con todas las fuerzas que quedaban en su pobre cuerpo desangrado, pero no hubo caso. La libertad esa noche le volvía la espalda. Pobre Jacinto Cardoso. Se cuenta que los muchachos le compusieron una doliente canción de despedida. Un martes por la noche nada menos, martes 13 para Jacinto Cardoso aunque fue un martes cualquiera cuando lo esposaron. Los muchachos supieron llorar la pérdida de Jacinto Cardoso, desangrado en el juego de naipes, esposado por la Juana un martes a la noche.
(Argentina, 1938)
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