Un blog nacido en una escuela de Rafaela invita a "leer porque sí"
La lectura por placer incentivada desde la escuela es posible. Así lo demuestra una valiosa experiencia originada en el taller “Leer porque sí”, un espacio que surgió en un aula de la Escuela Media para Adultos N.º 1007 Libertad, de Rafaela, y luego se convirtió en un blog que hoy es visitado desde distintas partes del mundo. El impulsor de esta iniciativa es Sergio Fassanelli, profesor de lengua y literatura, y un eterno convencido de que la lectura deber ser por sobre todo “placentera”.
Sábado 19 de Junio de 2010
En 2005, cuando daba una de sus clases de lengua a los alumnos de la Eempa, Sergio Fassanelli no imaginaba que en poco tiempo estaría preguntando qué era y cómo se armaba un blog. Y menos que se convertiría en un experto administrador de esta herramienta tecnológica para difundir buenos textos literarios, relatos y hasta videos (ver aparte).
“Todo surgió en una de las clases, y de mis propios alumnos”, dice para repasar lo hecho. “Siempre como profesor de lengua trato de poner mucha literatura en mis clases, también canciones. Fue cuando una de mis alumnas me propuso juntarnos a leer o a escuchar música sin tener que pensar en un trabajo práctico o en ser evaluados”, recuerda.
Fassanelli cuenta que la idea le pareció “fantástica”. Ahí llegó la primera convocatoria para reunirse a leer en horario extraescolar y una vez a la semana en la escuela. Fue en el primer encuentro donde bautizaron al taller “Leer porque sí”, un título que no necesita demasiada explicación. Y algo más: el lema del blog es: “Si quieren gastar menos dinero en cárceles, inviertan más en educación”, toda una declaración de lo que significa el derecho al acceso a los libros.
También noticias y frases
Dice que de aquella primera reunión lo sorprendió la cantidad de alumnos que fueron, unos 20. “Empezamos a juntarnos una vez a la semana. Cada uno llevaba el texto que quería, también había noticias y hasta alguien una vez compartió una frase que le había gustado y figuraba en una tarjeta de casamiento. Luego se sumaron las ruedas de los mates con tortas y bizcochos”, agrega.
Sin embargo, la realidad de los adultos que estudian les demandó pensar en otra alternativa para no dejar afuera a quienes trabajaban o tenían demandas familiares. Surgió un folletín, “en realidad una hoja oficio doblada y fotocopiada”, con una buena selección de textos y que se distribuía gratuitamente (gracias a los auspicios de los comercios del barrio).
Más tarde llegó la casilla de correo a través de la cual se empezaron a compartir los textos (hay que escribir a leerporquesi@yahoo.com.ar para recibirlos), y no pasó mucho tiempo para que la idea de armar un blog (leerporquesi-1007.blogspot.com) se hiciera realidad. “Con esta idea se expandió el taller inicial, allí guardamos los textos que leemos y seleccionamos, y podemos compartir mejor; ahora nos llegan comentarios de todas partes”, dice el profesor.
El taller presencial continúa con sus reuniones semanales, a veces se traslada a la hora de lengua, donde la clase curricular se interrumpe para dar paso sencillamente a la lectura de un texto. Tanto es el entusiasmo que generó la creación del blog que Fassanelli menciona que una de sus ex alumnas estudia letras en Humanidades y es una fiel promotora de este espacio. El blog es administrado por el profesor, pero de una u otra manera todos los alumnos lo alimentan con sus aportes. Y hay que saber que todo es ganas y voluntad, no reciben aportes ni subsidios, ni los buscan.
Libros y nuevas tecnologías
Para Fassanelli, lejos de suplir al libro, las nuevas tecnologías lo complementan. Y eso lo comprueba a diario con el blog: “Estimula la lectura, sirve para difundirla, pero es complementario del libro, porque éste sigue siendo fundamental”.
Los alumnos del educador rafaelino promedian los 40. Cuenta que muchos llegan a la Eempa luego de un frustrado secundario o de no haberlo cursado nunca. En esta realidad el taller funciona como un estímulo sin proponérselo: “Una alumna me comentaba que hace dos años cuando empezó la escuela no se imaginaba que podría leer en voz alta, ahora lo hace siempre y porque le gusta”.
Expresa que los alumnos adultos necesitan encontrar un momento, un día a la semana donde participar de este tipo de espacios. La experiencia dice que le deja una enseñanza: “La lectura se puede recomendar, apoyar, pero no obligar”. Y hacia el final recuerda: “El taller es algo que siempre me hubiera gustado tener en mi secundario pero no lo tuve porque lo cursé durante el Proceso. Ahora lo hago porque como docente soy feliz con esta tarea”.
Ver nota original del diario La Capital, de Rosario, AQUÍ
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