Cuando escribo esto está lloviendo con ganas y es fácil aislarse de todo y pensar en todos. Pienso en ti, y en todos cuantos, como tú, no podéis disfrutar este verano en libertad. Pienso en la libertad misma. ¿Es libre el ser humano o no lo es? Si no lo es, ésa debe ser la meta de la lucha de esta vida: alcanzar en algún momento la libertad absoluta. Aunque tal vez eso no se consiga nunca porque sea irrealizable. De hecho, nada en este mundo es intrínsecamente libre. Nadie nos ha preguntado (ni a nosotros, ni a los árboles, ni a los animales, ni a las piedras, ni a los astros, ni a los átomos, ni a la energía ni al Universo mismo), dónde, cuándo, cómo ni de qué forma queremos nacer, queremos vivir, queremos desarrollarnos. “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Sí, esto parece ser cierto. Pero nos marcan de entrada la parcela de terreno en que nos dejan andar. Y aparte de que no la hemos podido elegir nosotros, cualquiera que sea esa parcela, está plagada de infinidad de elementos y de circunstancias (visibles, y por lo tanto evitables algunas, y ocultas y por consiguiente prácticamente inevitables otras) que irán condicionando nuestros pasos en ese camino que hacemos al andar en nuestra engañosa libertad.
La lucha debe concentrarse por ende de aproximarnos lo máximo que nos dejen a la libertad ideal. A zafarnos de la mayor cantidad posible de trampas y de cadenas que la vida nos tiende. Las visibles son las que pueden limitar nuestra libertad física. Son menos graves porque en cualquier circunstancia en que nos hallemos, libres o presos, móviles o paralizados, videntes o ciegos, siempre podemos conservar nuestra libertad mental, nuestra intimidad energética que nos pone en contacto inmediato con cualquier punto del universo, por llamarle de alguna forma. Las trampas y cadenas invisibles son las que realmente matan nuestra libertad íntima, esencial. Las cadenas y trampas que quieren adueñarse de nuestra mente y de nuestra voluntad.
En esta labor estoy porque ésa es la finalidad última de este escrito: la libertad del ser humano y de todos los seres, de cada individuo, de cada uno de nosotros. Y si no poseemos la receta de esa libertad y por lo tanto no se la podemos ofrecer a nadie, lo que sí podemos hacer en cambio es poder detectar, señalar y comunicar a todos la máxima cantidad posible de elementos que nos puedan limitar, recortar o incluso anular la libertad de que aún disfrutamos: la libertad de nuestra mente.
Grave es reconocer que a medida que avanzamos en el conocimiento, lo hacemos también en las posibilidades de anulación de nuestra voluntad. Advertí sobre este peligro (en el plano estrictamente humano) en alguna ocasión. Hoy quiero ir más allá y advertir de algo más grave: que nadie deje que jueguen con su mente, ni desde aquí ni desde afuera. Han estado jugando con nosotros durante siglos, durante milenios, pero cuidado, que estamos empezando a sospechar que se ríen de nosotros. Que nadie es dueño de nadie. Que nadie debe ser esclavo de ningún señor, sea este señor un congénere humano o pertenezca a otro plano.
Por esta meta vale la pena luchar con todas nuestras fuerzas, porque si perdemos esa batalla perderemos con ella la única libertad que nos queda. Que cada cual sea dueño (única pero totalmente) de su mente. Porque la libertad mental es lo que más nos permite acercarnos al ideal de libertad. Y si la lectura de estas palabras te limita tu propia libertad, deja de leerlas porque no cumplirá su finalidad.
Andreas Faber Kaiser
(España, 1944/1994)
Extraído de la revista “Mutantia” (1981)
La lucha debe concentrarse por ende de aproximarnos lo máximo que nos dejen a la libertad ideal. A zafarnos de la mayor cantidad posible de trampas y de cadenas que la vida nos tiende. Las visibles son las que pueden limitar nuestra libertad física. Son menos graves porque en cualquier circunstancia en que nos hallemos, libres o presos, móviles o paralizados, videntes o ciegos, siempre podemos conservar nuestra libertad mental, nuestra intimidad energética que nos pone en contacto inmediato con cualquier punto del universo, por llamarle de alguna forma. Las trampas y cadenas invisibles son las que realmente matan nuestra libertad íntima, esencial. Las cadenas y trampas que quieren adueñarse de nuestra mente y de nuestra voluntad.
En esta labor estoy porque ésa es la finalidad última de este escrito: la libertad del ser humano y de todos los seres, de cada individuo, de cada uno de nosotros. Y si no poseemos la receta de esa libertad y por lo tanto no se la podemos ofrecer a nadie, lo que sí podemos hacer en cambio es poder detectar, señalar y comunicar a todos la máxima cantidad posible de elementos que nos puedan limitar, recortar o incluso anular la libertad de que aún disfrutamos: la libertad de nuestra mente.
Grave es reconocer que a medida que avanzamos en el conocimiento, lo hacemos también en las posibilidades de anulación de nuestra voluntad. Advertí sobre este peligro (en el plano estrictamente humano) en alguna ocasión. Hoy quiero ir más allá y advertir de algo más grave: que nadie deje que jueguen con su mente, ni desde aquí ni desde afuera. Han estado jugando con nosotros durante siglos, durante milenios, pero cuidado, que estamos empezando a sospechar que se ríen de nosotros. Que nadie es dueño de nadie. Que nadie debe ser esclavo de ningún señor, sea este señor un congénere humano o pertenezca a otro plano.
Por esta meta vale la pena luchar con todas nuestras fuerzas, porque si perdemos esa batalla perderemos con ella la única libertad que nos queda. Que cada cual sea dueño (única pero totalmente) de su mente. Porque la libertad mental es lo que más nos permite acercarnos al ideal de libertad. Y si la lectura de estas palabras te limita tu propia libertad, deja de leerlas porque no cumplirá su finalidad.
Andreas Faber Kaiser
(España, 1944/1994)
Extraído de la revista “Mutantia” (1981)
2 comentarios:
Me encanta este blog.. Me gusta la idea de que alguien postee algo para leer... entre tantas cosas ilegibles dando vueltas por la red... Soy fanatica de la lectura... leo desde novelas hasta papelitos q me parescan interesantes... Ahora voy a pasar muuuy de seguido... Great Blog ^^
Gracias, Brunette,por tus palabras. Esperamos que nos sigas visitando. "LA GENTE QUE NO LEE SE QUEDA CHIQUITA PARA SIEMPRE"...
Publicar un comentario