Cuando yo era chico, había en la feria de mi barrio un pobre viejito que vendía Mejoral y otras pequeñeces. Nadie le compraba, ni se acercaba, ni le ayudaba.
Yo -en secreto- me apiadaba de su pobreza pero, como me daba vergüenza ser bueno, jamás hice nada por él.
El tiempo pasó y acaso traté de encontrar alguna persona que se acordara de aquel viejito. No lo conseguí.
Si hubiera sido más cuidadoso, tal vez ahora sabría su nombre o al menos algún detalle de su vida.
Hoy, recién hoy, comprendí cuál es la verdadera naturaleza de esta historia.
Por eso estoy llorando.
(Argentina, 1944)
De «Notas al pie», 2021
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