Si va para el norte, don Fermín —dice don Eliogardo Mendoza—, tenga cuidau con el mate. No, no es por el daño que le digo. Sino para que no le vaya a pasar lo que a mí.
Llegué, allá al norte de la Gallareta, tarde, a un rancho. Yo era autoridá y andaba de recorrida. Nos abajamos y al rato, como no nos ofrecían mate, le digo a la dueña de casa:
-Señora, si no es importunidá, ¿no gustaría de convidarnos con unos amargos...? Venimos cansaus y no sé...
-Pero, cómo no, señor —me contestó un poco confundida la mujer—. No le ofrecí antes porque no sabía si un señor como usté era gustoso...
Y llamando a gritos a un chico le dice:
-Pedrito, andá hasta lo de Crispina y decile que si desocupó la bombilla que me la mande porque tenemo visita...
Al rato, después de tomar unos amargos y ya al dirnos, se me ocurrió preguntarle a la mujer:
-¿Y qué le ha pasau a la vecina que se quedó sin bombilla?
-Vea, señor —me contestó—, tiene bombilla, pero es de lata, ¿no?, y entonces cuando le tiene que poner las lavativas al chico nos manda a pedir emprestada la nuestra que es plata con el pico de oro...
.
Luis Gudiño Kramer
(Argentina, 1898/1993)
-¿Y qué le ha pasau a la vecina que se quedó sin bombilla?
-Vea, señor —me contestó—, tiene bombilla, pero es de lata, ¿no?, y entonces cuando le tiene que poner las lavativas al chico nos manda a pedir emprestada la nuestra que es plata con el pico de oro...
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Luis Gudiño Kramer
(Argentina, 1898/1993)
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